Como una serie de explosiones encadenadas, en tan solo una semana surgieron cientos de denuncias sobre situaciones de violencia de género en distintos ámbitos de la cultura, la política, la academia y el trabajo. Somos miles, estamos unidas y no van a tener la comodidad de nuestro silencio nunca más.
El 20 de agosto, un grupo de mujeres abrió una cuenta de Instagram para recibir testimonios de violencia sexual ejercida por murguistas o varones relacionados al ámbito del Carnaval. En pocas horas subieron decenas de relatos que se difundieron rápidamente, algunos relacionados a grandes “figuras” del Carnaval que siempre se creyeron intocables. Muchas de las denuncias daban cuenta de violencias ejercidas contra niñas y adolescentes, en especial dentro del Carnaval de las Promesas.
“Somos un grupo de mujeres que estamos hartas de la impunidad con la que los varones del carnaval nos violentan y les siguen dando lugar en los escenarios. Por esto, decidimos crear esta cuenta con el objetivo de exponerlos, que nuestras compañeras sepan quiénes son, que todos sepan quiénes son”, explicaron en la primera publicación.
https://www.instagram.com/p/CEHnofplaBo/
El impacto de @varonescarnaval fue como una bomba contra las estructuras misóginas de la cultura. La mecha fue prendida con otro episodio similar ocurrido diez días antes, cuando un grupo de estudiantes de Medicina (@mujeresmedicina_) lanzó el hashtag #MeLoDijeronEnLaFmed para recibir relatos de violencias machistas dentro de la Facultad de Medicina.
A raíz de estas iniciativas comenzaron a surgir otras, como @varonesdelrock, @varonesdelapublicidad, @varones_municipales, @varonespoliticos o @periovarones, todas con la misma intención de exponer la violencia sistemática que recibimos las mujeres en distintos ámbitos. También se compilaron situaciones de abuso en centros educativos como la Facultad de Psicología (@varonesfpsico), la Facultad de Arquitectura (@machismoenfadu), la Facultad de Derecho (#MeLoDijeronEnLaFder) o el liceo (#MeLoDijeronEnElLiceo). Cada cuenta nueva que se habilita para recibir testimonios aparece como una explosión de sororidad contra el machismo. El feminismo fue prendiendo fuego todos los espacios en los que opera la cultura de la violación.
La enorme cantidad de testimonios sobre acoso, abusos, violaciones y otras formas de violencia de género dejan en claro lo naturalizadas que están estas conductas. Se repiten una y otra vez los mismos patrones: abuso de poder y de privilegios, complicidad o pacto entre varones, culpabilización y re-victimización de las víctimas, encubrimiento por parte de las instituciones, impunidad para los violentos. No son casos aislados, no son hombres excluidos de la sociedad, no son monstruos. Es un sistema que se sostiene sobre nuestro sometimiento, que nos violenta cotidianamente, que pretende adoctrinarnos como objetos de consumo para los varones.
Como era de esperarse, las redes creadas por feministas no fueron vistas con buenos ojos desde muchos sectores. Algunos de los acusados se expresaron públicamente contra los testimonios e incluso presentaron denuncias penales por difamación e injurias, mientras que medios de comunicación dieron voz a varios varones descontentos con los “escraches”. En las redes sociales se leían opiniones paranoides de gente que pensaba que era una movida orquestada por la derecha para “difamar” al carnaval, sin darse cuenta de que lo que infecta y corrompe al carnaval es, justamente, la violencia ejercida en su núcleo y la impunidad de quienes se suben al escenario.
En todo caso, es innegable que las mujeres estamos habilitando espacios colectivos para potenciar nuestras voces, mover las estructuras y dejar claro que ya no vamos a soportar ningún tipo de violencia contra nosotras.
Devolver la culpa a los culpables
Entre nosotras generamos redes de contención y aguante, y fuimos miles las que replicamos los testimonios bajo la premisa de creernos entre hermanas. Varias organizaciones y colectivos feministas se manifestaron en apoyo a las personas que se animaron a contar sus testimonios, y algunas incluso se pusieron a disposición para acompañarlas en caso de querer llevar las denuncias a la Justicia o de necesitar apoyo psicológico. La Fiscalía General de la Nación habilitó la línea 091 507 531 para asesorar a las víctimas y recibir denuncias.
Cotidiano Mujer, integrante de la AFM, se ofreció para acompañar a quienes lo quisieran con abogadas especializadas y puso a disposición una guía para grupos de trabajo que abordan el abuso sexual, “Devolver la culpa a los culpables”. “En este momento donde están surgiendo una cantidad de testimonios que describen abuso sexual queremos aportar todas las herramientas que tenemos para apoyar a quienes se encuentren en esa situación. Por esa razón, difundimos esta guía antes de haber sido presentada públicamente, como estaba previsto”, explicaron. El documento se puede descargar aquí.
Más allá de los casos que puedan ser condenados por la Justicia, las denuncias en redes sociales sirvieron para desnaturalizar la violencia sexual que las mujeres soportamos desde niñas en todos los espacios. Las voces y la valentía de nuestras compañeras sirvieron para que muchas otras pudieran entender situaciones de acoso que habían vivido, sirvieron para acompañarnos, saber que no estamos solas y abrir los ojos de la gente dormida. Nunca más van a tener la comodidad de nuestro silencio.